jueves, 9 de julio de 2009

MIEDO A VOLAR

Desde finales del año pasado cuando la llamada “crisis financiera mundial” asomaba su inquietante faz, todos los sectores de la actividad humana se vieron tentados a asumir la posición de emergencia. Aquella incomoda postura que se recomienda adoptar al momento de un impacto catastrófico en un avión. La industria editorial no fue la excepción y desde hace poco más de seis meses está metiendo la cabeza entre sus brazos por miedo a una colisión que, si bien es inminente, tal vez no sea tan dramática.

Acordémoslo: la tan sonada crisis ya estalló y con ese evento estalló el desempleo que actualmente aqueja al mundo y un sin fin de consecuencias más. No hay que darle vueltas, ni cerrar los ojos, ni negar lo que realmente ocurre con una economía que da patadas de ahogado mientras ella misma se esfuerza en meter la cabeza aún más al fondo de la tina. El futuro económico mundial es poco alentador y de ello no se pueden escapar los libros.

Para Jesús Alejo, colaborador con el grupo informativo Milenio, el panorama no parecía tan desagradable cuando, a principios de año, publicó una nota que dejaba en manifiesto que durante el año 2008 la industria editorial había gozado de un breve periodo de repunte. Para citar solamente algunos ejemplos en el año pasado Random House Mondadori-México vio un incremento de entre el 8 y el 15 por ciento en las ventas de sus libros.

Una situación similar reportaron otras editoriales a lo largo y ancho del país. La editorial oaxaqueña “Almadía” reportó también un aumento considerable en sus ventas y publicaciones, ya que en 2007 lanzaron al mercado 35 libros mientras que en 2008 este número se elevó a 50.

Estos alentadores números podían hacer pensar que tal vez el repentino despunte en venta y consumo de libros, alcanzaría para sortear los efectos de una crisis extraña, que ha evadido todos los pronóstico y modelos empleados para predecir sus alcances.

No es un secreto que este tipo de eventos financieros siempre agrede en específico a ciertos ramos de la industria. Y tal parece que el ramo cultural siempre es blanco del desajuste del dinero. Un libro no es un producto de necesidad “básica”, y por ello lo más probable es que el consumo y oferta se vuelva más lento en tiempos de crisis.

Tal parece que la realidad no se puede evadir y cómo muchos de nuestros podescuchas y lectores saben, el precio del papel generalmente se cotiza en dólares. Por ello en últimos meses hemos sido participes de un retroceso en el ramo editorial de Estados Unidos, uno de los más importantes en el mundo. Esta situación al parecer ha alcanzado a México. Según el blog dedicado a libros “El itacate” (http://itacate.wordpress.com/) esta crisis es visible ya en diversos aspectos de la industria editorial mexicana. Cómo se comenta en este sitio, hace poco se dio a conocer el cierre del suplemento “Hoja por hoja” editado por Libraria S.A. de C.V. debido a los altos costos que está alcanzando el papel en el mercado mundial. Con esto se cierra un capitulo de más de 12 años y 141 números informando de y para los libros. Una verdadera lastima.

Pero ¿Qué hacer? No mucho. Leer. Única y exclusivamente. Ofertas literarias económicas sobran en las librerías e incluso en los puestos de revistas (queremos decir libros “originales”, que no se malentienda el comentario). Más de uno de nosotros tenemos libros aún envueltos en celofán. Es hora de desempolvarlos. No es necesario leer “El país de la canela” de Ospina o “El viaje del elefante” de Saramago en este preciso momento. Podemos regresar a los libros que tenemos guardados aunque no sean lo más nuevos.

Lo único que podemos hacer es seguir leyendo y ser más selectivos con los libros que vamos a comprar a favor de nuestra economía. Así podemos estar preparados para cuando este delicado momento pase.

No hay que tener miedo a volar. Una buena historia puede pedirse prestada, ser rescatada del cuarto de tiliches o incluso comprada con un ahorro significativo. Leamos. La lectura ayuda más a la industria editorial que el simple consumo. Es momento de agitar las alas y esperar un cielo más abierto.

lunes, 6 de julio de 2009

¡¡¡Visita Nuestra Nueva Casa!!!



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"¡Nos gustan los libros! Y haremos que a ustede también"